FACTORES DE RIESGO DE LA ADOPCIÓN POR PAREJAS DEL MISMO SEXO:
A pesar del gran número de matrimonios estables que están lista de espera para adoptar un niño, algunos países contemplan la posibilidad de ofrecerles en adopción a parejas homosexuales, sin tener en cuenta las implicaciones que tendrán para los pequeños, constata Dale O'Leary, escritora e investigadora de la Asociación Médica Católica de Estados Unidos.
Pretender que la adopción es como tener tu propio hijo biológico y que no hay problemas adicionales en realidad no ayuda a los hijos adoptivos a hacer un esfuerzo por comprender ni contribuye al amor heroico que se requiere de los padres adoptivos.
Los padres adoptivos cuentan a los niños cómo sus madres tomaron la valiente decisión de procurar para sus bebés casas con un papá y una mamá pensando que era lo mejor para ellos.
Sin embargo, a pesar de todas las palabras tranquilizantes de los padres adoptivos y de su amor y cuidados, un niño adoptado casi siempre se pregunta: «¿Por qué? ¿Por qué mi madre me entregó? ¿Dónde estaba mi padre?».
Estas preguntas a menudo persisten incluso en la vida adulta. Se requiere una estabilidad emocional y psicológica por parte de los padres adoptivos para poder dar a los niños una respuesta a estos interrogantes.
Ser adoptado por un hombre y una mujer feliz y fielmente casados, proporciona un ambiente saludable para el niño que ha sido entregado por sus padres biológicos. El amor comprometido de fidelidad del padre a su mujer y a su hijo enseña al niño adoptado que no todos los hombres se desentienden de sus responsabilidades hacia los hijos.
La fuerza de la madre adoptiva ante los problemas enseña al niño que, aunque su madre biológica no pensó si estaba preparada para tener un hijo, la madre adoptiva sabe hacer frente a las crisis y nunca deja de amar ni renuncia a su hijo.
La experiencia cotidiana de ver a un padre y a una madre que se aman, que se sacrifican y perseveran, da al niño adoptado una imagen de verdadero amor matrimonial y paternal que puede ser un modelo para su propia vida.
Esta es sin duda la razón de que, a pesar de la herida inicial, la mayoría de los niños adoptados se convierten en adultos sanos y felices que saben elegir con quién casarse y se convierten en buenos padres.
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